La ÑBA no pudo ganar a la NBA, 85-86 tras un final agónico, y se ahogó en su propia ansiedad, que se manifestó, sobre todo, en los primeros dos cuartos del partido, en los que los nervios lastraron su acierto y su baloncesto.
La selección española se ahogó en su propia ansiedad de salida. Los nervios les jugaron una mala pasada a los españoles, que tenían muchas ganas de vencer a Estados Unidos y que querían quedar bien ante un público entregado. Pero todo salió al revés. Los estadounidenses salieron más templados, defendiendo con mucho físico y con la puntería afinada, especialmente por parte de Kevin Durant, autor de los primeros puntos y de las primeras ventajas.
Los nervios y la ansiedad de los jugadores españoles lejos de aminorar fueron creciendo porque no entró nada, ni de lejos, ni de fuera, y tampoco de bandeja. Cada tiro fallado fue una cuchillada en la moral de la selección, a excepción de Juan Carlos Navarro, inmune a este tipo de circunstancias. Al descanso el 33-45 fue la mejor noticia al estar a sólo doce puntos de distancia cuando se había firmado un treinta por ciento de efectividad en tiros de dos (7 de 23) y un veinticinco por ciento en triples (3 de 12).
Dicho esto, España no jugó mal, simplemente falló mucho y se empeñó en meter canastas muy a la americana, olvidándose de su juego habitual y, sobre todo, de buscar el aro rival por el trabajo colectivo y la sorpresa, además de por el tiro. Estados Unidos, por su parte, mejoró en sus prestaciones con respecto al partido contra Lituania. Los norteamericanos salieron muy motivados, empleándose a fondo en defensa e intentando desnivelar con su potencial físico. En ataque, siguieron sin ser un equipo. Juegan individualmente pero con una gran calidad. Lo esperado.
Dicho esto, España no jugó mal, simplemente falló mucho y se empeñó en meter canastas muy a la americana, olvidándose de su juego habitual y, sobre todo, de buscar el aro rival por el trabajo colectivo y la sorpresa, además de por el tiro. Estados Unidos, por su parte, mejoró en sus prestaciones con respecto al partido contra Lituania. Los norteamericanos salieron muy motivados, empleándose a fondo en defensa e intentando desnivelar con su potencial físico. En ataque, siguieron sin ser un equipo. Juegan individualmente pero con una gran calidad. Lo esperado.